TALLER DE LIBERACIÓN DE LA VOZ
El trabajo con la voz es un trabajo, en principio, catártico. Nos ayuda a reconocer y conectar con emociones que tenemos retenidas. Desde ese reconocimiento y su expresión se libera una gran cantidad de energía que nos vuelve en vitalidad y centramiento. Dejamos salir el sonido con movimientos y ejercicios cuyo principal objetivo es soltar el control consciente. Un recorrido vibracional que limpia y transforma.
Clases presenciales jueves de 19 a 21 hs. en Paraguay 4171.
Coordinan Leo Paitti y Gaby Segade
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EL TRABAJO CON LA VOZ, por el instructor Leo Piatti
El trabajo con la voz en el Sistema Río Abierto
La voz es una herramienta poderosísima en el trabajo sobre sí, no sólo por lo que significa como canal de expresión y comunicación con el exterior, como posibilidad de poner en el afuera lo que pensamos, lo que queremos o lo que sentimos, y de liberar aquellos contenidos que guardamos dentro de nuestro y no nos atrevemos a soltar.
La voz también es una vía de conexión profunda y efectiva con nuestro interior y con lo que en él sucede. Con nuestra voz podemos llegar a cada articulación, a cada hueso, a cada órgano, en fin, a cada célula de nuestro cuerpo.
Las vibraciones del sonido se propagan en nuestro interior, resuenan en sus cavidades, circulan por sus tejidos y nos ayudan a disolver las trabas, a resignificar nuestras vivencias y aliviar nuestros dolores.
Saber utilizar la voz nos potencia y enriquece en nuestro trabajo personal, así como en el trabajo con los otros.
A dónde me lleva la voz
La voz es una herramienta de expresión. Cuando emitimos nuestra voz y la proyectamos hacia afuera, cuando dejamos salir un sonido, un grito, una palabra, un canto o un suspiro, estamos vertiendo fuera de nosotros contenidos internos que responden a diferentes multas. Comunicar algo a alguien por medio de la palabra, expresar alguna emoción, descargar o aliviar algún malestar o dolor, etc.
La voz es, entonces, un camino de conexión profunda con nuestro interior. Una vía por el cual llevamos hacia afuera aquellos contenidos internos que necesitamos expresar y liberar fuera de nosotros.
Al mismo tiempo, dado que las vibraciones de nuestra voz, además de salir al “aire” que nos rodea, se propagan por todo el interior de nuestro cuerpo, la voz es una potente herramienta para llegar a los rincones más insospechados, más escondidos de nuestra naturaleza.
Nuestro cuerpo es una enorme caja de resonancia y las vibraciones del sonido se propagan por todo su interior. Recorren las fibras musculares, los tendones, los cartílagos, los huesos, resonando en cada uno de nuestros órganos y de nuestras cavidades.
La voz y la percepción
El sonido se propaga siguiendo un movimiento ondulatorio. Los tonos altos (agudos), longitudes de onda cortas, resuenan en cajas de resonancia pequeñas como los senos paranasales o el paladar. Los tonos bajos (tumbas), longitudes de onda más largas, resuenan en cajas más amplias como el tórax y la pelvis.
Aprovechando las tonalidades de nuestra propia voz podemos hacer vibrar diferentes partes de nuestro cuerpo y recorrernos interiormente. Se trata de un verdadero “viaje sonoro” que nos permitirá expandir nuestra percepción, llevándola a cada rincón de nuestro interior y permitiéndonos lograr niveles de relajación muy profundos.
Para qué liberar la voz
Liberar la propia voz nos permite liberar los recorridos internos de nuestro cuerpo. Gracias a las vibraciones de los tejidos los músculos se relajan, los fluidos circulan, los nervios se calman. Los sonidos son un vehículo para nuestras emociones. Las emociones se movilizan con los tonos y pueden ser desbloqueadas, transformadas o expresadas.
El mundo del sonido se extiende más allá de las formas conocidas por nosotros, cómo la música y el lenguaje. Si permitimos que el sonido, no someido a nuestro control consciente, emerja de nuestro cuerpo y nos disponemos a escuchar sus cualidades, podemos hacer conscientes una nueva gama de experiencias.
El trabajo de liberación de la voz nos permite descubrir un modo más rico de sentir nuestro cuerpo y de escucharnos a nosotros mismos.